Si bien es cierto que la producción industrial constituye una de las principales fuentes de contaminación a día de hoy, se debería recalcar que cada vez son más los esfuerzos ejercidos para reutilizar los residuos que se producen en la fabricación de productos en general, y más específicamente, de alimentos.
La revalorización de subproductos es una práctica esencial para el equilibrio sostenible por la sencilla razón de que las dos caras de la moneda salen ganando, tanto el medio ambiente como las arcas de la industria, pero es en la alimentaria donde más cantidad se produce. Y para muestra un botón: en la industria vinícola se aprovecha prácticamente todo.