No estamos muy acostumbrados a que España sea puntera en nada; si acaso, en cosas de las que no podemos sentirnos muy orgullosos. Sin embargo, hay honrosas excepciones. Y una de ellas es el campo de la industria de la energía solar, sin duda vinculada a las abundantísimas horas de sol que recibe nuestro país y al intenso uso que venimos haciendo de esta energía en los últimos años.
En esta industria hay tres elementos fundamentales: los materiales, es decir, las propias placas y otros accesorios necesarios para su funcionamiento; la acumulación, distribución y utilización de la energía generada, en la que intervienen elementos ajenos a la energía solar; y el tercero, del que vamos a hablar hoy, la instalación de todos los equipamientos propios de la energía solar.