En otra ocasión ya hablamos de algunas de las energías renovables que podemos aprovechar y que proceden del mar, ese filón de energías limpias y baratas. En aquel momento nos referimos a las energías mareomotriz y undimotriz. Hoy nos centraremos en las dos menos conocidas y explotadas, y que aunque ya se ha demostrado su funcionamiento, aún les queda mucho pro andar: son la energía maremotérmica y la llamada energía azul.
La energía maremotérmica es en realidad solar; está basada en el aprovechamiento de la diferencia de temperatura entre corrientes marinas a distintas profundidades. El funcionamiento es simple: la superficie marina calienta un líquido con punto de ebullición bajo, este vapor mueve una turbina y se enfría en las capas bajas y frías del océano. Los nuevos intercambiadores son la gran esperanza que puede hacer dar el gran salto a esta tecnología, aún en pañales.
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