A pesar de todos los avances que nuestro país está dando en el ámbito de las energías limpias, todavía tenemos mucho camino que recorrer. Cada vez más, muchos ciudadanos deciden instalar en sus comunidades placas solares que recogen y almacenan la energía procedente del sol para calentar el agua de la caldera común o para otros usos domésticos.
Al principio, a muchos les asusta el gasto que supone poner en marcha tdo el sistema, pero no solamente hay que tener en cuenta el corto plazo, también deberíamos tomar en cuenta qué benefcios obtendremos en un periodo más amplio. Al fin y al cabo, lo que conseguimos es un doble objetivo: ahorrar en nuestra factura y además, preservar el medio ambiente.
En zonas en las que el sol no es precisamente lo que más reluce, existen otras alternativas en energías que están dando muy buenos resultados en poco tiempo. Las renovables son energías muy recientes, hace 20 años, su desarrollo estaba muy poco extendido. En estos momentos, hablar de ellas es algo muy habitual porque compartimos la vida con ellas.
Ahorro y eficacia
Además de la considerar cuanto nos podemos ahorrar usando este tipo de energías, hay que tener en cuenta que esa opción tiene que sernos útil. En el momento en que una opción deja de ser eficaz, entonces no vale la pena tenerla en cuenta. Pero las renovables lo son, son eficaces y además no hacen ahorrar. Según los datos que ofrece la APPA (Asociación de Productores de Energías Renovables, el sistema español se ha ahorrado 32.538 millones de euros entre 2005 y 2012.
Pero además de ahorrar, que es importante, se dejaron de emitir a la atmósfera CO2 por valor de 3095 millones. De esta manera hemos logrado que el medio ambiente no sufra tanto comon hasta ahora, cosa que a veces parece que se nos olvida. Apostar por las renovables es apostar por el futuro de nuestros hujos y nietos.
Fukushima resuena todavía
Desde que ocurrió la catástrofe de Fucushima, nada es igual. Quizás ha sido un punto de inflexión para aquellos que veían lejanas los peligros de las generación de energía en una planta nuclear. Pero ahora, que ya la conocen, casi todos apostarían por una energía más limpia, más segura y menos dañina. A veces, hasta que no ocurren desastres como estos, la gente no es consciente de lo que puede causar, de lo que puede ocurrir si seguimos produciendo así la energía que necesitamos.